V. Cerrando los espacios - La globalización y el neoliberalismo
Por su estructura, la
ONU cierra, no abre, los espacios. Sus tareas se llevan a cabo en la luz pública.
Esto no admite la existencia de intersticios en el tejido social. Hay un ejemplo
claro de esto en la controversia con la ILGA. Pakistán encabezó el esfuerzo
dentro de la ONU de mantener la expulsión de la ILGA. Aunque el sexo entre
hombres y adolescentes es común en la región pastun de Pakistán, esa nación
no quería que el tema surgiera a la vista. La deshidratación de la culturaEl autor J.Z. Eglinton habla de la influencia
de los poetas sufis de Irak en sus giras hasta Andalucía y las regiones de
Toulouse, Languedoc y Provence en Francia: "La cantidad de los poemas
persas y árabes sobre el amor de chicos tenía un efecto parecido, en general,
[a de los poemas] de amor dorios y provenzales: Contribuyeron, siempre que
podamos creer el libro Las mil y una noches y las costumbres de los turcos más recientes, al que el hombre común
adoptara una ética permisiva con respecto al amor de los chicos". La globalización
neoliberal parece ser la antítesis de los sufis que vagaron por Europa. Desde la conquista de América en el
siglo XVI, la globalización ha sido expresada en una forma territorial de
conquistas y colonización. Con el colapso del imperio de Gran Bretaña después de
la segunda guerra mundial y ayudado por los grandes avances en las tecnologías
de los transportes y de la comunicación, el proceso de globalización
cambió para peor. La colonización posmoderna no tiene sitio en
los intereses territoriales del estado-nación. Con el ascenso de las
democracias neoliberales, estos intereses se dan más en las esferas de la economía y cultura.
Como escribe Santiago
Castro-Gómez, "son medios deslingüizados (el dinero y el poder)... que
desterritorializan la cultura... Esto conduce, en opinión
de [Jürgen]
Habermas, a una deshidratación de
la cultura, a una mercantilización de las relaciones humanas que amenaza por reducir la comunicación a objetivos de disciplina, producción
y vigilancia". Los espacios antes libres pertenecen ahora a
las empresas neoliberales. Noreena Hertz dice: “El viejo
modelo político de Estado ha sido sustituido por una multitud de actores
globales que incluyen las grandes corporaciones internacionales y los
conglomerados mediáticos. Gracias a que el Estado se ha venido retirando de la
esfera pública en los últimos veinte años, son las grandes corporaciones
–no los gobiernos– las que dan forma al espacio público". Dice ella
que según las estadísticas, la mayoría de las cien economías más fuertes
son empresas, no naciones. La privatización de los valores y la moralidad
de una parte y la privatización de la política y la economía de otra son uña
y carne. Edward Herman ha notado que la privatización de los valores ha sido muy
importante para los amos del neoliberalismo: "es que mediante la acentuación
del individuo y el desprestigio del grupo, de la comunidad y del gobierno, es más
fácil para que la comunidad empresarial ejercer su dominio, que de este modo sólo ha de hacer
frente a una población atomizada". En las sociedades que permiten papeles
variados, caben formas diversas de comportamiento. Citando al
antropólogo Margaret Mead, el periodista Bill Andriette observa que
cada papel tiene su velo o barrera que crea espacios en donde las prácticas que
divergen de las normas pueden florecer. Pero hoy, dice Andriette, bajo el
neoliberalismo, hay que contratar para el sexo y el estado lo regula.
Siendo así, los jóvenes, que no pueden hacer contratos, se excluyen.
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