Le Monde, 26 de enero
de 1977: Hemos
recibido el siguiente comunicado:
Durante los días 27, 28 y 29 de enero comparecerán ante la Audiencia de Yvelines, por atentado al pudor sin violencia contra menores de quince años, Bernard Dejager, Jean-Claude Gallien y Jean Burckardt, quienes fueron detenidos en otoño de 1973 y ya han permanecido más de tres años en prisión preventiva. Sólo Bernard Dejager se ha beneficiado recientemente del principio de libertad provisional. Una prisión preventiva tan larga para instruir un simple caso de «moral» en el que los niños no han sido víctimas de la menor violencia, sino que, por el contrario, han indicado a los jueces de instrucción que habían consentido las relaciones (si bien la Justicia les niega actualmente cualquier derecho a consentir), nos parece ya de entrada escandalosa. Hoy corren el riesgo de ser condenados a una grave pena de cárcel por haber tenido relaciones sexuales con estos menores, niños y niñas, o por haber favorecido y fotografiado sus juegos sexuales. Consideramos que existe une desproporción manifiesta, por una parte, entre la tipificación como «delito» que sirve para justificar un rigor tan excesivo, y la naturaleza de los hechos imputados; y por otra parte, entre el carácter anticuado de la legislación y la realidad cotidiana de una sociedad que tiende a reconocer en los niños y los adolescentes la existencia de una vida sexual (si una niña de trece años tiene derecho a la píldora, ¿para qué se supone que es?). Las leyes francesas se contradicen al reconocer la capacidad de
discernimiento de un menor de trece o catorce años al que puede
juzgar y condenar, a la vez que le deniega dicha capacidad cuando se
trata de su Vida afectiva y sexual. Tres años de cárcel por unas
caricias y unos besos es suficiente. No podríamos entender que el 29
de enero Dejager, Gallien y Burckhart no recuperasen la libertad. Firman
este comunicado: Louis
Aragon, |